Yevgen Chernov

 

Entrevista a Yevgen Chernov, experto tributario en FR&P Abogados

Yevgen Chernov representa el área económica del despacho FR&P Abogados. Nació en Ucrania y es licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Este experto fiscal habla cuatro idiomas (castellano, inglés, ruso y alemán), pero el lenguaje que más domina es el tributario. Afirma que su sueño siempre fue el de trabajar en un banco, pero que ahora siente mucha más pasión por asesorar a empresas y clientes.

– ¿Desde cuándo reside en Mallorca?

– Cuando tenía doce años mi familia visitó Mallorca y se decidió que viviríamos aquí en la isla. 

– Entonces, ¿usted se ha formado en Mallorca?

– Así es. Cuando llegué a la isla no tenía ni idea de hablar en castellano, pero a los doce años entré en un instituto público. En menos de un año ya dominé el idioma y al terminar el bachiller decidí estudiar en Barcelona. Me licencié en Administración y Dirección de Empresas. Pero al terminar la licenciatura añoraba a mi familia y decidí volver.

– ¿Cuál fue su primer trabajo?

– Mi regreso a Mallorca coincidió con la época de la anterior crisis económica. Me costó encontrar trabajo, pero presenté una oferta en la consultora PWC y me contrataron. Es curioso porque debe confesar que la carrera los temas tributarios no me gustaban, pero en la consultora me ofrecieron realizar un máster intensivo y cuando lo terminé conseguí que esta materia me apasionara.

– Sin embargo, su sueño de niño era ser banquero.

– Así es. Soñaba con dirigir una oficina de un banco. Me encantaba el trato con la gente que te confía su dinero. Sin embargo, realicé unas prácticas en una oficina y me di cuenta que estaba equivocado y que tenía que buscar otro camino.

– ¿Qué función tiene un experto económico y tributario en un despacho de abogados?

– Para ser asesor fiscal no es necesario ser licenciado en Derecho. Eso sí, es necesario contar con una buena formación de las leyes tributarias. En FRP&Abogados no solo proporcionamos un asesoramiento legal, sino también fiscal y así ampliamos los servicios que podemos ofrecer al cliente. 

– Antes de llegar al despacho fue acumulando experiencia en otros trabajos.

– Cuando entré en PWC me contrataron porque necesitaban un asesor fiscal y yo encajaba en el perfil que buscaban. Fueron años muy duros y de mucho trabajo, pero al mismo tiempo logré una gran formación y experiencia. Pero me faltaba algo que yo necesitaba, que era el trato directo con el cliente y por eso decidí buscar otros caminos.

– ¿Y qué ocurrió?

– Pues que encontré trabajo en otro despacho. Allí solo trabajaban con clientes alemanes y eso me obligó a estudiar mucho alemán. Poco a poco fui dominando el idioma y empecé a tratar con los clientes. Fue una formación necesaria.

– Sin embargo, decidió iniciar una nueva aventura.

– Mi idea siempre fue trabajar por mi cuenta, pero no era sencillo. Un día me encontré con Francisco Roca, uno de los abogados del despacho, que me convenció que trabajara con él. Habíamos trabajado juntos en PWC y éramos, y somos, muy amigos. Fue un salto de fe y ha sido una de las mejores decisiones de mi vida, porque en este despacho estoy muy cómodo. 

– Cuenta que no le gustaba la materia tributaria. ¿Dónde aprendió a dominar los temas fiscales?

– Es cierto que al principio no me gustaba. Sin embargo, cuando estudié el máster los profesores me enseñaron la pasión por estos temas. Me enseñaron las lagunas que tienen los impuestos y a buscar las soluciones para ayudar a los clientes. Ahora mismo es un tema que me apasiona.

– ¿Usted representa un perfil único?

– Supongo que lo dice porque domino cuatro idiomas y eso me facilita el trato con los clientes extranjeros. Además, puedo decir que controlo muy bien la materia tributaria.

– Dentro del ámbito fiscal, ¿cuál es su especialidad?

– Mucha gente no sabe que dentro del ámbito tributario hay muchas especialidades. La mía es el pago de impuestos en la compra y venta de inmuebles, sobre todo en operaciones para empresas inversoras. No se trata de comprar o vender un inmueble y calcular los impuestos que se deben pagar. Es mucho más complejo y además si como asesor te equivocas, este error se convierte en un gran problema para los clientes. Por eso es tan importante conocer y dominar toda esta materia tributaria.

– La imagen que se tiene de un asesor fiscal es la del experto que te ayuda a pagar menos impuestos.

– Esa es una de ellas, pero es una especialidad mucho más compleja. El objetivo del asesor es explicar la operación y determinar qué impuestos se deben pagar. Pero después también hay que aconsejar. Cuando por ejemplo intervengo en una venta de un inmueble, debe explicarle al cliente qué se puede hacer para pagar menos impuestos con el dinero que se ha ganado. Existen muchas fórmulas para invertir estas ganancias para obtener beneficios tributarios. Eso no significa que se esté engañando a Hacienda, sino que se está invirtiendo el dinero que se genera.

– ¿El experto que aconseja al cliente que engañe a Hacienda es un mal asesor?

– El objetivo no debe ser nunca engañar a Hacienda, porque es muy peligroso. Lo importante es pagar los impuestos justos. El que da este consejo es un buen asesor.

– ¿Enfrentarse a Hacienda debe ser complicado?

– Hay que tener muy en cuenta que cuando Hacienda te inspecciona ya te considera que eres un defraudador. Es decir, primero dispara y después pregunta. Y para eso es tan importante la intervención del  asesor. Es el experto que debe defender al cliente y convencer a Hacienda que se está equivocando.

– Pero el cliente no siempre tiene la razón.

– Así es, y por ello el asesor ha de saber analizar la situación y explicar al cliente las cosas que ha hecho bien, pero también las que ha hecho mal y puede tener problemas con la Agencia Tributaria. Hay que ayudarle a encontrar una solución para que solucione sus problemas, tanto presentes, como futuros.

– ¿Cómo se debe actuar un cliente afronta una inspección fiscal?

– Primero de todo hay que actuar con frialdad y dejar a un lado las emociones. Es lógico que el cliente no pueda controlar esta emoción, porque es él quien sufre la inspección. Por ello, el asesor debe centrarse en analizar el problema desde el punto de vista técnico. Ante una inspección no se puede actuar con sentimientos ni emociones, sino aplicar los conocimientos y actuar con la mente fría. Por eso siempre estoy presente, desde el primer momento, en todas las inspecciones.

– ¿Usted está acostumbrado a bregar con  inspectores tributarios?

– Es cierto y lo que puedo decir es que las inspecciones en las que intervengo son cada vez más duras y complicadas. En los últimos meses, a raíz de la pandemia, he notado una gran presión fiscal sobre las personas, porque está claro que Hacienda quiere recaudar más dinero para subvencionar todas las ayudas sociales que está financiando.

– ¿Engañar a Hacienda debe ser cada día más difícil?

– Escaparse de las garras de Hacienda es muy complicado, porque los inspectores manejan cada vez más información del ciudadano y de las empresas. Cada día nos controlan más porque las herramientas informáticas que manejan son cada vez mejores.

– Dice usted que Hacienda primero dispara y después pregunta.

– Así es. Hacienda cree que todo ciudadano al que inspecciona es culpable. De entrada los inspectores están convencidos de que están frente a un gran defraudador fiscal, cuando no suele ser cierto. Sin embargo, es el ciudadano el que debe demostrar su inocencia ante Hacienda y no es fácil, porque la materia tributaria es muy complicada y cada vez aparecen normas y conceptos nuevos. Por eso la formación del asesor fiscal es constante.

– Si es así, ¿todas las empresas necesitan un asesor experto en impuestos?

– Es que es muy importante y cada vez lo será más. Por ello insisto en que el asesor debe ser un técnico experto, que trabaje desde el conocimiento y que jamás engañe al cliente. Muchas veces es mejor ayudarle a evitar una inspección haciendo las cosas bien, que engañarle con sistemas para defraudar porque después el problema que surge resulta muy caro. No se trata de pagar menos impuestos, sino de pagar los justos para después no tener problemas.

– ¿Es cierto que muchas veces el cliente  inspeccionado prefiere pagar la multa que recurrir ante Hacienda?

– Lo es y eso tiene una explicación. A veces la sanción, aunque sea injusta, es más económica que la minuta que te puede cobrar un asesor por defender tu caso. Por eso, muchas veces Hacienda recauda mucho dinero de forma injusta y, además, mucha gente prefiere antes pagar, que luchar, para que la Agencia Tributaria no realice una nueva inspección.

– ¿En España se pagan muchos impuestos?

– Muchos más de lo que la gente se cree, sobre todo en los negocios. Por eso, nuestros servicios están tan solicitados porque la dinámica tributaria de las empresas es cada vez más complicada. 

– Además de analizar los impuestos, también estudian la viabilidad del negocio.

– Es que una de nuestras especialidades en el despacho es precisamente analizar las posibilidades del negocio para que sea rentable, porque muchas veces los impuestos que se exigen impiden que se pueda ganar dinero. Es por ello por lo que nuestra especialidad es tan complicada, pero tan importante a la vez.

– Si es así, ¿no es fácil en España iniciar un proyecto empresarial?

– No lo es porque se exigen muchos impuestos. El emprendedor tiene mucho merito en este país. En otros países se facilita mucho más la creación de una empresa.

– Volviendo al despacho, ¿qué representa para usted trabajar en FRP&Abogados?

– Una gran responsabilidad y gran honor. Hay que tener en cuenta que representa asumir el peso de un despacho muy antiguo, que ha logrado un gran prestigio a base de años de trabajo. Los profesionales del despacho representamos otra generación. Somos gente joven y preparada, pero siempre tenemos detrás la figura de Ignacio Forteza Rey, que nos ayuda con su conocimiento y su experiencia. Tenemos la gran ventaja de que contamos con grandes profesionales que son especialistas en muchas materias, tanto legales, como económicas. De allí que podamos prestar un asesoramiento muy amplio. Pero además de todo ello es que los trabajamos en este despacho somos todos muy amigos y eso facilita un buen ambiente de trabajo, que al final repercute en favor de nuestros clientes.

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