Miguel I. Forteza-Rey

 

Entrevista a Miguel I. Forteza-Rey, socio de FR&P Abogados. Especialista en Derecho Civil, Mercantil y Penal Económico.

Casi desde que nació Miguel I. Forteza Rey Colon estaba destinado a convertirse en abogado. No en vano iba a representar la tercera generación que dirigía el bufete Forteza Rey, un despacho que inauguró su abuelo Nicolás y que después continuó su padre Ignacio Forteza Rey. El socio de FR&P Abogados se licenció en el año 2006 en la universidad de Barcelona. Desde entonces ejerce la profesión, sin dejar de lado su continua formación, mediante estudios especializados en derecho de sociedades y en administración concursal. Si algo tiene claro es que la abogacía es una profesión que precisa de una dedicación absoluta y que se debe consolidar a través de la ética profesional que impide engañar a un cliente, que siempre debe saber los riesgos y los beneficios que conllevaba una demanda judicial.

– Supongo que al tener a un abuelo y a un padre abogados usted estaba destinado a ejercer esta profesión…

– La verdad es que hasta que no terminé los estudios de bachiller no lo tuve claro. Es cierto que siempre sentía la vocación de convertirme en abogado, porque desde muy pequeño conocía muy bien lo que representaba esta profesión.

– ¿En qué momento se produce su primer contacto con la profesión de abogado?

– Desde mi adolescencia. Recuerdo que a los 16 años mi padre ya me dictaba las demandas que estaba preparando. Así fui aprendiendo las primeras lecciones de un estilo de trabajo serio y riguroso.

– ¿Qué representa ser la tercera generación de una saga de abogados?

– Una gran responsabilidad por todo lo que conlleva defender a un cliente. Mi padre y mi abuelo me han demostrado siempre la preocupación que supone defender un pleito, pero al mismo tiempo la sensación gratificante que se siente cuando se ganaba la demanda, tanto para el cliente, como por el abogado.

– ¿Qué valores aprendió de su abuelo y de su padre al ejercer la abogacía?

– Tuve la suerte de tener contacto muy pronto con un valor tan importante como es la justicia y lo que representa administrarla. Cuando ejerces esta profesión y te implicas en la defensa de tu cliente, descubres que detrás de cada caso hay una persona, que cada una tiene un problema diferente, pero que acuden a ti con la confianza de que puedas ayudarles. Si consigues este objetivo que te reclaman la satisfacción que tiene el abogado no puede ser mayor. 

– ¿Cuándo era usted un niño, en casa se comentaban los temas que se llevaban en el despacho?

– Por supuesto que sí. Recuerdo sobre todo un pleito por una negligencia médica en el que intervino mi padre en defensa de la víctima. Se trabajó mucho sobre este tema y al final se ganó. Llegué a tener mucho contacto con el cliente y pude vivir la paz interior que recibió cuando ganamos el caso. Era la sensación de que se había hecho justicia y fue un bonito episodio de mi infancia.

– ¿Qué valores destacaría del antiguo despacho Forteza Rey?

– Pues la honradez, la dedicación absoluta y la honestidad con la que siempre se trató a un cliente. Es cierto que eran otros tiempos y la profesión de abogado ha ido cambiando, pero estos mismos valores los tenemos muy presentes en el bufete. El cliente ha de tener la sensación de que su abogado hará todo lo que sea necesario para defender sus intereses. Hay que aprender a ponerse en su piel,  porque la mayoría de clientes que te contratan es porque tienen un grave problema y depositan toda la confianza en ti como profesional, y eso representa una gran responsabilidad. 

– ¿Qué sensación le queda cuando gana una demanda?

– Es lógico que para un abogado no hay mejor satisfacción que ganar un pleito, no tanto para él, sino sobre todo para su cliente. Pero claro, no todos los casos se ganan. Cuando se pierde y analizas el esfuerzo y el tiempo que has dedicado al caso, la frustración también es muy grande. Así es la profesión, a veces se gana y a veces se pierde.

– ¿Cómo entiende la profesión de abogado?

– No entiendo esta profesión sin que exista una implicación absoluta en la defensa del caso que defiendes, a la vez que hay que entender los sentimientos y los problemas que sufre tu cliente. Para ello es necesario conseguir un clima de empatía con el cliente, pero siempre es necesario explicarle la realidad del caso que plantea. Al cliente nunca hay que engañarle, sino todo lo contrario, ha de ser consciente de las dificultades que puede tener su caso y los resultados que se pueden conseguir. El cliente tiene el derecho de conocer toda la información sobre su caso.

 – Por lo tanto, el trato personal con el cliente ha de ir acompañado de un comportamiento honesto.

– Por su puesto. Con el cliente se ha de ser honesto por encima de cualquier circunstancia. Además, hay que añadirle una implicación y dedicación absoluta, sin olvidar la preparación técnica, que cada vez es mayor, que necesita un abogado para ejercer la profesión. El conocimiento es básico.

– ¿Cuál fue el reto que se planteó al transformar el antiguo despacho Forteza Rey en este nuevo bufete legal?

– Fue un reto complicado, porque se trataba de modernizar un bufete legal, sin dejar atrás las tradiciones y los principios que había marcado el despacho de abogados. Es decir, se trataba de adaptar los tradicionales valores a los nuevos tiempos y creo que lo hemos conseguido.

– ¿Ha cambio mucho la profesión en los últimos años?

– Desde mi punto de vista ha cambiado mucho. Por ejemplo, las vías de captación y comunicación con el cliente son distintas. Los despachos se han tenido que adaptar a las nuevas tecnologías, que en cierta forma facilitan el trabajo, pero también te alejan del trato directo con el cliente. En nuestro bufete tenemos claro que debemos contar con estas herramientas tecnológicas, pero nunca renunciaremos a mantener ese trato personalizado con cada persona que precisa nuestra ayuda.

– ¿Y cómo se mantiene ese trato personalizado?

– Es complicado, pero para eso es necesario contar con equipo de abogados muy compacto. Cuando un cliente llama al despacho y el abogado que le defiende no está, siempre debe haber otro compañero que pueda atenderle y que conozca de qué trata su caso. Para eso trabajamos para que nuestro equipo de trabajo sea cada vez más compacto y eso se consigue comentando los temas entre nosotros. Además, siempre hay algún compañero que te ofrezca una visión distinta del caso que no has percibido y que te ayuda a defender el pleito.

– ¿Por eso los casos que tramita el bufete se comentan entre todos los abogados del despacho?

– Solemos comentarlo y creo que es un sistema que nos funciona. Cada abogado lleva su caso, pero siempre es bueno tener una visión externa del tema para mejorar la defensa del cliente.

– ¿Cuándo se le ocurrió la idea de crear un multidespacho que ofrece especialistas en varias ramas del derecho?

– Fue un proyecto que nos llevó mucho tiempo conseguirlo. En estos tiempos es complicado que un despacho con un único abogado pueda mantenerse. Y eso es lógico, porque la profesión es cada vez más compleja y es difícil que un abogado domine todas las áreas del derecho. Por eso es muy importante especializarse en esta profesión. Aumenta las posibilidades de ganar un pleito.

– ¿Y el cliente agradece esa especialización?

– Estoy seguro que así es. Porque si el despacho hay especialistas en cada área al cliente se le puede facilitar una visión mucho más amplia de su caso, porque su problema puede afectar a varias áreas del derecho. Lo que hay que conseguir es la tranquilidad del cliente, que sepa que en este despacho, sea cual sea su problema, le podemos defender porque contamos con un abogado especialista en cada rama del derecho.

– ¿Sueña en convertir el despacho FR&P en un gran bufete?

– Nuestro objetivo no ha sido nunca crear una multinacional. Queremos tener un equipo profesional compacto y que funciones. Tenemos la suerte de que todos los abogados que trabajan en este despacho somos amigos y esta buena relación se traduce en un mejor servicio para el cliente.

– ¿Pero tampoco renuncia a incorporar más profesionales al despacho?

– No lo descartamos, siempre y cuando un nuevo compañero mejore el bloque que ya hemos creado y que está funcionando. No queremos crear una máquina de facturar, sino un despacho legal que destaque por el trato directo, profesional y honesto con nuestros clientes. Los compañeros que se incorporen al bufete han de tener muy claro cuales son los principios éticos y profesionales que han marcado la historia de este despacho legal.

– Hemos hablado del despacho, pero ¿cuál es su especialidad legal?

– Mi especialidad es el derecho civil, que incluye el área de obligaciones y contratos y el derecho inmobiliario. También soy experto en derecho mercantil y en derecho penal económico.

– ¿Cuál ha sido hasta ahora el caso más satisfactorio que ha tenido?

– Hay varios, pero destacaría el caso de una clienta, que se compró una casa, con un gran esfuerzo por su parte, y después descubrió que era un inmueble ilegal. Esta situación dificultó mucho su vida, pero ahora ha mejorado porque conseguimos ganar la demanda por los perjuicios que sufrió.

– También ha defendido negligencias médicas.

– Así es. Defendía a una cliente que pasó un auténtico calvario por la actuación negligente de un dentista. Esta mujer ha sufrido muchos años, tanto desde el punto de vista personal, como laboral. Demandé al dentista y se reconoció la negligencia. Con la indemnización la clienta logró solucionarse todos los problemas que tenía en la dentadura y ahora ya es otra persona. Cuando consigues ayudar a una persona que ha depositado toda tu confianza en ti es una de las grandes satisfacciones que te da esta profesión.

– ¿Cómo valoraría en la actualidad la profesión de abogado?

– Es una profesión que cada vez exige más formación. Siempre hay que estudiar y además el cliente cada vez está más informado. Ello te obliga a mantener una formación constante y exigirte mucho a ti mismo, porque es lo que te exige el cliente.

– ¿El cliente sigue exigiendo un trato personalizado a pesar de los cambios que ha sufrido la profesión?

– Lo sigue exigiendo porque hay que tener en cuenta que un cliente se juega mucho en un pleito que tu representas. Es necesario que el cliente se lleve la sensación de que siempre estás pendiente de su problema y que estás dispuesto a atenderle cuando tenga alguna pregunta sobre su caso. El abogado ha de ser proactivo y muchas veces ha de tener la capacidad de adelantarse a los problemas que pueda tener un cliente. Para eso, además de defenderle, hay que ayudarle a evitar que sufra problemas que después se tienen que arreglar en el juzgado.

– Para eso es necesario que todos tengamos un abogado de confianza.

– Es que si se cuenta con un abogado de confianza se pueden evitar muchos problemas. El ejemplo más claro es el de una persona que pretende comprar una casa. Detrás de estas operaciones existen tantas dificultades que siempre es mejor que te asesore un experto para que al final no te lleves una sorpresa. Por eso es tan importante la actuación preventiva de un abogado.

 

 

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