El preconcurso, una solución a la crisis

Ante la crisis económica que ha provocado la pandemia sanitaria, y la que está todavía por llegar una vez que caduquen las ayudas públicas, miles de empresas tendrán que buscar soluciones para salir adelante. El preconcurso puede ser la clave.

 

Por desgracia, muchas de ellas no tendrán más remedio que cerrar y se perderán miles de empleos. Sin embargo, habrá otras que buscarán el apoyo judicial, a través de la declaración de concurso, para poder hacer frente a los pagos atrasados de los acreedores e intentar continuar con el negocio.

Aunque la declaración de concurso no siempre logra salvar a la empresa, sino más bien al contrario. Según demuestran las estadísticas, el 90% de las sociedades que entran en concurso de acreedores terminan quebrando, porque las medidas que se adoptan no son suficientes para buscar una salida que permita continuar con el negocio. Y este alto nivel de fracaso se explica por el estigma que afecta a todas las empresas intervenidas por el juzgado. Los proveedores dejan de servir suministros a este cliente, porque saben que tendrán problemas para cobrar. Y sin suministros el empresario deja de competir en el mercado, se ve obligado a despedir a toda su plantilla de trabajadores y termina bajando la barrera.

Los jueces de lo Mercantil de Mallorca que son especialistas en los procesos concursales, han encontrado una solución que puede salvar, o al menos limitar el daño, a muchas de las empresas que por desgracia en los próximos meses se verán obligados a solicitar la intervención judicial. Es un proceso que se denomina Preconcurso, y que se viene utilizando, con gran efectividad, en otros países como Inglaterra y Holanda.

Este preconcurso evita al empresario verse envuelto por este estigma negativo, porque le permite poder vender sus activos, o incluso su propia empresa, antes de que se  produzca la intervención judicial definitiva mediante el concurso de acreedores.

De entrada, se supera el inconveniente inicial  que supone tener que esperar a que el juez declare el concurso. Es un tiempo fundamental, en el que el juez tiene un periodo muy corto de tiempo para estudiar la situación económica de la empresa y muchas veces es insuficiente. Cuando más se tarde en declarar el concurso, peor para el empresario que reclama esta intervención al no poder abonar las deudas de los acreedores.

La solución que han planteado los jueces es anticiparse a las consecuencias negativas que arrastra el concurso. Siempre dentro de un procedimiento transparente, el empresario podrá solicitar el preconcurso, con lo que automáticamente se le designará, por parte del juzgado, un experto independiente que actuará como administrador de la empresa. Un experto que antes de que se declare formalmente el concurso de la empresa ya conocerá la situación económica real de la sociedad y podrá adoptar las medidas necesarias para salvar todos los activos que sean posibles. Tendrá, además, la capacidad de vender la empresa a un tercero interesado, dando la posibilidad de que el negocio continúe y se puedan salvar los empleos que sean posibles, aunque sea a través de otro empresario más solvente.

Pero no todas las empresas podrán acudir a la figura del preconcurso. El protocolo establece una serie de condiciones, que son las siguientes:

  • Que el deudor se halle en insolvencia actual o inminente y, sobre todo, que no se haya declarado todavía el concurso de acreedores.
  • Que se descarte un escenario de viabilidad empresarial por no ser posible una reestructuración de la empresa, o una negociación con los acreedores.
  • Que, a petición del deudor, el juez designará un experto independiente, que se convertirá en el futuro administrador concursal una vez que se haya procedido a la declaración del concurso. 
  • En la tramitación del preconcurso este experto elaborará un informe, en el que dará cuenta de su gestión para buscar posibles compradores de la sociedad con problemas. Debe ser una gestión transparente, facilitando toda la información al juez, a los acreedores y a los trabajadores, para lograr, si se puede, buscar una continuidad de la sociedad. 

Lógicamente, el empresario que acude a esta nueva solución judicial deberá facilitar al administrador toda la información económica, para conseguir la mejor solución y lograr la continuidad del negocio.

La experiencia demuestra que la declaración de concurso, o preconcurso, es un proceso complicado desde el punto de vista judicial. Por ello, es necesario que un empresario que decida recurrir a esta figura cuente con el asesoramiento de un experto mercantil, tanto desde el punto de vista jurídico, como económico.

En el despacho FR&P Abogados contamos con varios expertos en esta material mercantil, por lo que podemos asesorar a cualquier cliente que necesite encontrar una solución a sus problemas económicos.

 

 

Miguel I. Forteza-Rey Colom

Abogado - Socio de FR&P
Especialista en Derecho Civil, Mercantil y Penal Económico
BIO

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